Julio González nació en el seno de una familia de forjadores. Desde muy pequeño colaboró en el taller familiar, actividad que combinó con los estudios en la Escuela de Bellas Artes de Barcelona. Ya entonces él y su hermano Joan decidieron ser artistas y frecuentaron los foros de la modernidad de Barcelona, y en 1900, al poco tiempo de morir su padre, cerraron el taller familiar y se trasladaron con toda la familia a París. Allí Joan y Julio González se introdujeron en los círculos artísticos hasta que la prematura muerte de Joan en 1908 sumió a Julio en una profunda depresión. El artista se aisló del ambiente cultural y solamente produjo obras sobre papel, y esporádicamente óleos que representaban a campesinas dentro del gusto de la Renaisença catalana de principio de siglo.
Durante la Primera Guerra Mundial colaboró con la causa francesa trabajando en la fábrica de Renault, donde aprendió la técnica de la soldadura autógena, hecho determinante para su futura carrera como escultor. Aunque sabía trabajar el metal, no utilizó estos conocimientos y siguió centrándose en la pintura y el dibujo, hasta que en 1927 comenzó a realizar sus primeras obras en hierro, herederas de la estética cubista. Esto sucedió un año antes de que Picasso llamase a González, pues necesitaba su ayuda para llevar a cabo una escultura de metal. Esta colaboración fue el detonante para el verdadero comienzo de la carrera de Julio González como escultor y para el nacimiento de un nuevo concepto que revolucionó la escultura. Dice Calvo Serraller al respecto que «fue entonces cuando se empezó a comprender que la escultura del siglo XX podría ser, de una manera más directa y radical que cualquier otro arte de vanguardia, cualquier cosa».
La carrera escultórica duró muy poco, ya que Julio González muere en 1942; sin embargo, la importancia de su hallazgo trascendió más allá de su vida y es considerado el maestro de los grandes escultores del siglo XX . Esta revolución se hizo evidente cuando Julio González acuñó la expresión «dibujar en el espacio», donde nos indica que este es el medio en que se realiza la escultura, un elemento tan activo como el material esculpido.